A la fecha de publicación del presente artículo, existen dos instituciones que ya han ingresado material genético de cáñamo para validar en Argentina. La primera es una empresa privada y el segundo es el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, además de ello dos nuevos proyectos han iniciado el trámite de ingreso de material genético: por un lado una empresa semillera que ya trabaja con otros cultivos tradicionales, y el Proyecto Cáñamo Neuquen y Río Negro, impulsado por Fundación Faro Patagonia y donde participan en el sector energías de esas dos provincias y los gobiernos de ambas jurisdicciones.
Argentina, da inicio así a la primera etapa de investigación del cultivo de cáñamo, con un objetivo de selección de variedades de mejores performances para los diversos propósitos, y agregándose también la remediación de suelos y la absorción de carbono. Quizás estos últimos dos, le den una impronta propia al cáñamo en el país, ya que otorgará tiempo para la investigación de procesos de industrialización de la materia prima, y además tornará rentable al cultivo en la fase de investigación.
Las normativas
Mientras que la Agencia Regulatoria del Cáñamo y el Cannabis Medicinal (Ariccame) excedió el tiempo estipulado para publicar la reglamentación de ese cuerpo legal (Ley 27.669), los órganos de gobierno siguen avanzando en el cáñamo de manera descentralizada, por un lado la Secretaría de Agricultura de la Nación, que junto a Instituto Nacional de Semillas (INASE) y (SENASA) se encentran activos en la incorporación de resoluciones que siguen abriendo camino al cultivo y la investigación, por otra parte el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) también sigue acompañando a la investigación desde una mesa institucional interna y la interacción con organizaciones privadas. En un camino más lento, pero activo, la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL), que se reúne solo una vez al año, dio inicio en 2022 al tratamiento del cáñamo y sus derivados dentro del Código Alimentario Argentino, y la sorpresa, a diferencia de las normativas europeas, que se incluyó el uso de cannabinoides aislados dentro de la presentación de la temática, aun así resta esperar cómo se desarrollará la temática.
Otro factor que pone suspenso en la legislación, es sin dudas, los comicios electorales que se desarrollarán en octubre, donde los argentinos elegiremos a las máximas autoridades, y esto influye directamente en las acciones -u omisiones- frente al desarrollo del cáñamo y el cannabis en esta jurisdicción nacional. La reglamentación anunciada para fines del mes del marzo sigue sin publicarse, y terminará siendo reglada por las resoluciones de las diversas carteras descentralizadas del ejecutivo.
Pese a lo que puede ser visto como un proceso desprolijo, Argentina sigue siendo uno de los principales actores internacionales en la producción de semillas y alimentos, así como también el segundo país de latinoamerica que lidera el sector agro productivo de la región después de Brasil, por costos de producción, por extensión territorial y condiciones climáticas, y ahora por el deseo de reincorporar el cáñamo a su calendario de siembras e las diversas ecorregiones.